Nuestra Identidad

Misión

Somos una institución Educativa Católica fundada por las Religiosas Concepcionistas Franciscanas de Copacabana . Ofrecemos un servicio educativo de calidad con sólidos principios humano-cristianos teniendo como modelo a Jesucristo, la Virgen Maria y San Francisco de Asís. Formamos a nuestros estudiantes para la búsqueda de la excelencia como respuesta a las exigencias de la sociedad del siglo XXI, siendo responsable de su autonomía, del uso de la tecnología y del cuidado de nuestra casa común.

Visión

Queremos ser una Institución Educativa Católica de calidad con apertura a los cambios, que brinde una formación integral , humanista-cristiana, sustentada en la práctica de valores y virtudes desde el amor a Dios, nuestra madre María y al estilo de San Francisco de Asís, integrando el desarrollo de competencias con sentido social y ambiental orientados al bien común y equipada de acuerdo a los avances tecnológicos.

María fue bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llevó en su seno. María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo

San Agustín

Nuestros Valores

Fe en Dios

Los estudiantes son alentados a desarrollar una relación personal y profunda con Dios como el centro de sus vidas. La fe en Dios se enseña como una fuente de fortaleza, esperanza y orientación en todas las circunstancias de la vida, y como un fundamento para vivir con propósito y significado.

Honestidad

Se cultiva un ambiente donde la verdad y la integridad son fundamentales en la vida académica y personal de los estudiantes. La honestidad se enseña no solo como una virtud moral, sino como una expresión de fe y obediencia a los principios de Dios.

Solidaridad

Los estudiantes son alentados a vivir de acuerdo con el mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo. La solidaridad se enseña como un compromiso activo de ayudar y apoyar a aquellos que están en necesidad, inspirados por el ejemplo de Jesucristo, quien dedicó su vida a servir a los demás.

Humildad

Animamos a cultivar la humildad en todas sus interacciones y relaciones, reconociendo que todas las personas son igualmente valiosas ante los ojos de Dios. Se les enseña a evitar la arrogancia, el orgullo y la vanidad, y a valorar la modestia y la sencillez como cualidades dignas de admiración.